AF air-jordan air-max chanel coach gucci louis-vuitton michael-kors newblance omega
EL DEBUT EN PRIMERA CON INDEPENDIENTE
Si bien la mayoría de las cosas que he vivido en el fútbol por suerte han sido positivas, creo que mi paso por Independiente fue una de las etapas más importantes de mi carrera. La llegada al club fue algo casi inesperado, sobre el final del período de pases de la temporada 98/99, y la permanencia en la institución se fue alargando año a año haciendo olvidar que estaba a préstamo y pensar que me había transformado en un jugador de la casa. Todo empezó en junio de 1998, cuando yo me encontraba en Suiza haciendo la pretemporada con el primer equipo del Real Madrid, sabiendo que al regresar a España pasaría nuevamente a formar parte del segundo equipo del club madrileño. Sin dudas, era una situación que no me gustaba, más teniendo en cuenta que la mayoría de mis compañeros en las Selecciones Juveniles ya estaban teniendo chances de debutar en Primera en Argentina. Todo esto, sumado al gran interés que mostró Independiente en mí, representado en el presidente Héctor Grondona y el entrenador Cesar Menotti, hizo que me pusiera firme ante los dirigentes madridistas para que me dejaran ir a préstamo. El resultado lógicamente fue favorable, aunque en la mente de los dirigentes seguía la idea de que lo mío era un capricho, en vez de entender que en ese momento yo tenía claro que debía seguir creciendo como profesional y pensaba que el mejor camino era jugar en la Primera División de Argentina. De hecho, la experiencia resulto ser tan positiva que terminé jugando en el club otras dos temporadas más, llegando a ser incluso uno de los capitanes del equipo. De hecho, los mismos dirigentes españoles que en un principio creían que yo quería volver por el solo hecho de estar en Argentina fueron los que no dudaron a la hora de renovar las cesiones año tras año, ya que veían que yo iba creciendo como jugador y eso en definitiva sería también beneficioso para ellos. Escribir sobre el aspecto deportivo sería redundar en lo que la mayoría de ustedes seguramente habrán ya visto o leído en ese tiempo, por esto es que me parece mucho más agradable contarles un poco de todo lo que viví en el club. Sólo haré excepciones para momentos claves, como lo fue el debut. Fue en la cancha de Newell’s en Rosario, y recuerdo que me había ido a ver toda la familia y también un grupo de amigos. El resultado fue dos a uno en contra, pero creo que en este caso quedara sólo en anécdota, lo más importante es que fue el partido que me permitió entrar en el fútbol grande y jugar en un club que luego me daría todo. A la hora de recordar lo vivido en Independiente se me hace imposible no mencionar a toda su gente, la cual desde un primer momento me brindó un trato que no era normal para un jugador que está a préstamo por un año en un club, quizás ellos también percibían que yo estaba muy a gusto allí y que intentaría permanecer por varios años más. Lo cierto es que día a día me fui encontrando mejor y jamás olvidaré todos lo momentos felices que me han hecho pasar, como por ejemplo sentir toda la cancha coreando mi nombre. También sería imposible hablar de mi paso por el Rojo y no pensar en la cantidad de amigos que pude cosechar en el club, como Gaby Milito, los hermanos Ariel y Rolfi Montenegro, Cristian Díaz, Diego Forlan, Mariano Pernía, Seba Pena, Ariel Rocha, Dany Garnero, y alguno que seguramente cuando me vea me dirá que me olvidé de ponerlo en estas líneas. Todas estas personas fueron las que hacían que el hecho de ir a la concentración no fuera un drama, sino que se transformara en un lugar donde estábamos a gusto y entre amigos. Creo que es imposible hablar de Independiente y no recordar los clásicos, esos partidos que uno quisiera jugar todas las semanas, pero que tiene que esperar seis meses para vivirlos y toda una vida para olvidarlos. El primero que jugué no hice un buen partido, probablemente sea recordado porque fue en el que se cortó la luz en la Doble Visera y se tuvo que suspender para luego continuarlo en la semana. Ese lo perdimos, pero a partir de ahí me tocó vivir una serie soñada e inolvidable ganando la mayoría y convirtiendo goles en varios de ellos. Especialmente recuerdo el que ganamos por dos goles a uno también en nuestra cancha, en un día lluvioso y con un estadio repleto a pesar de las adversidades climáticas. Estábamos ya en el segundo tiempo de juego y uno a uno cuando Páez me puso un pase perfecto de aire entrando al área rival sobre el sector izquierdo, me posicioné para controlar la pelota con la pierna izquierda, luego de bajarla me quedó en el piso pero con el problema que estaba un poco desplazada hacia mi pierna derecha, igualmente no dude y rematé a la izquierda del arquero, que en ese mismo momento eligió tirarse hacia su derecha. GOL y delirio, uno de los goles que más grité en mi vida y creo que, como yo, mucha gente en la cancha. No podía contarles sobre mi paso por Independiente y no mencionar este gol y este partido. Como les decía al inicio, ésta fue una de las etapas más importantes de mi carrera, ya sea por el debut en Primera División como por todos los momentos buenos y difíciles que he vivido, experiencias que me han hecho crecer mucho. Llegué para jugar un año y terminé haciéndolo tres temporadas, una demostración de que nunca se sabe lo que puede llegar a pasar en el fútbol. Por último debo agradecer a mucha gente, dirigentes, técnicos, compañeros, empleados del club y, sobre todo, a los aficionados de Independiente. Gracias a toda esta gente he sido feliz en este club. Esta fue sólo una pequeña síntesis, y casi con seguridad puedo decir que no será el último capítulo que me ligue al Club Atlético Independiente.